Día del
maestro: 06 de julio.
Ahora que el magisterio puneño y peruano ha
emprendido una huelga indefinida por sus justas reivindicaciones laborales, va este
poema de nuestro gran Efraín Miranda Luján, a manera de homenaje por el día del
maestro. Miranda fue docente en la escuelita primaria de Jach’awinchoqa (Ácora)
por muchos años. De allí que Ernesto More dijera en el prólogo al libro Choza: “maestro de tercera categoría y poeta de
primera”.
Al final de este camino está la Escuela.
Un Maestro rural va, y -hace horas-,
la lluvia lo reporta.
Igual a
los relámpagos; -lo mismo que la tempestad-,
su
pensamiento
furiosamente
se debate.
Penetrando
con firmeza sus pies en el barro
avanza
enérgicamente.
Ha visto
algunas concentraciones políticas
que lo
han sacudido más
que
cientos de tormentas juntas.
Una
guerra verdadera ha comenzado en él,
ha
iniciado una conflagración recóndita:
combate
contra sus clases sociales internas
librando
batallas en territorios ideológicos,
desangra
a filósofos y creyentes
anunciando
victorias que son derrotas
o
derrotas que son victorias.
Por
momentos cree
que, de
algún modo, muchas íntimas batallas civiles
en
secretas contiendas
¡sin
esperanzas de paz!
han
comenzado;
y, en
las que tiene que cambiar
o debe fallecer.
(De: Choza, 1978)
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