La Geografía
poética de Luis Pacho
“Geografía de la Distancia ” de
Luis Pacho, nos trae una muestra clara e indiscutible lograda de cómo se viene
realizando poesía pluralista y alternativa en los últimos años en Puno y el
país. Este trabajo no es solamente una aventura por abordar una experiencia
sobre el texto mismo, teniendo en cuenta que la tradición puneña es única y
trascendente en ese sentido con Oquendo de Amat por ejemplo, sino que además es
el impulso de responsabilidad a lograr una síntesis entre el diseño mismo del
texto poético y su contenido literario. Luis Pacho experimenta con mucha
fortuna el trabajo del ritmo, que conforme a Octavio Paz, no es simplemente un
estrato fónico, es decir una estructura de sonido que debe analizarse en
división al significado; el ritmo no sólo es el tono, acento, repetición de los
sonidos; no es la separación en sílabas tónicas y átonas; no es la melodía, no
es la cadencia. Las palabras poéticas en Pacho son un universo de unión y
separación, de flujo y reflujo de palabras que se atraen y repelen en función a
la consagración de las imágenes poéticas, por lo que sus poemas poseen un
carácter indivisible del lenguaje, cada uno de sus poemas es una totalidad
cerrada de integralidad en sí mismo, pero abierta en su expresión de belleza y
reflexión.
La poesía de “Geografía de la Distancia ” es cosmos
y tiempo original, no es algo que está fuera de nosotros, sino que somos
nosotros expresándonos. No es medida, es visión del mundo, es descubrimiento,
no encubrimiento. La poesía como lo concebía Hegel es la fundamentación
ontológica, es inseparable de nuestra condición humana, donde los seres humanos
perpetuamente vivimos recreándonos y renovándonos. No se piense que la poesía
de Luis Pacho es nueva, en su temática y el uso correcto del oficio y desde su
paso por muchas fuentes poéticas, tiene una carga histórica milenaria, sin
embargo es una poesía joven que da el ejemplo a sus coetáneos, porque para Luis
Pacho, la poesía no es fruto de inspiración, sino de labrador y artesano, y que
este su primer libro es un logro rotundo de un esfuerzo, de un desgarro. Una
visión reveladora del universo y de uno mismo.
El trabajo
poético en el autor, tiene que ver por un lado con la continuidad de la
tradición poética puneña, en él está Alejandro Peralta y el influjo de Oquendo
de Amat, también podemos notar la influencia más actual entre el coloquialismo
anglosajón con poetas que en el país tienen singularidad como Pablo Guevara o
Luis Hernández. Por otro lado su poesía, tiene que ver con tres móviles que
parecen inseparables: un asedio a la palabra que sólo tiene sentido poético a
través de la metáfora; una inocultable nostalgia, que lleva al autor a
expresarse con una aguda ternura y un hilo de voz humanísimo y dolorosísimo;
finalmente un contexto de orfandad donde las injusticias y las desigualdades
que agobian al autor, le permiten tener una visión madura como la espiga del
atardecer.
Considero que la
mejor presencia de la nueva hornada de poetas del Sur del país, reconocerán el
espacio que abre Pacho, y a no dudarlo celebrarán su logro. Aparentemente su
obra está exenta de historia y sentido social, sin embargo nada más equívoco,
porque mas bien se trata de paradojas de su lenguaje poético, porque en sus
versos hay una soterrada convicción social, cuando leemos por ejemplo: “Metido
en esta frígida mañana, yo también encuentro mi propio vacío”, “más allá de las
llagas, yo encendí la noche de luciérnagas”, “en el fondo de este país bulle un
eco olvidado”. Se trata de un poeta que se ha forjado como maestro y ha mordido
la tierra y la marginación, y cada poema suyo es una relación mágica con el
mundo real y lo que queremos de ella.
La poesía de Luis
Pacho es una reafirmación de auténtica poesía, un develamiento y consagración
por la palabra, una arquitectura hecha de sueños y del lomo llagado, poesía
panteísta que desbroza naturaleza y labra arco iris. El poema “Geografía de la Distancia ” que alude el
título del libro, es una pieza total de una auscultación connatural que tiene
su propio movimiento vivo y mágico, un mural verbal de pinceladas incrustadas
de colores, un ofrecimiento de armonía entre el alba y el crepúsculo.
La poesía puneña
sale ganando con aportes como de Luis Pacho que combina estética, pasión y
singularidad. Poesía que alterna la intensidad de la vida con la fatua
existencia. Poesía que se levanta del deseo en acción y no de la derrota. Es un
acercamiento a lo sagrado con la rosa espinada de espanto y de asombrosa
originalidad.
(De ARTEIDEA Nº
09 Revista de Cultura. Lima, junio/setiembre, 2004).
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