viernes, 10 de enero de 2014


Lluvias de Huapaca

A Lyla



Ahora, como en Huapaca, llueve en la ciudad.

Pero la lluvia tiene tu nombre
y las primeras gotas siempre me hablan de ti
como niños tiernos
que llegan después del recreo.

¿Dónde se esconden los ojos con que me mirabas?

Allá éramos felices
como dos orugas encabritadas de tanto horadar la noche.
Vivíamos arrojados por la soledad,
detrás de los cipreses y pinos
que crecían vistiendo nuestros sueños furtivos.
Vivíamos detrás de los vientos
que nos decían que ese era otro país,
de donde, quizás, jamás regresaríamos.

¿Cuándo será marzo otra vez?

¿Cuándo será abril o mayo, para que la nieve del patio
me devuelvan los besos apurados
con que me robabas el cielo que econdía para ti?

Aunque he guardado algo de ti para el camino;
yo, sin embargo,
vuelvo a ese lugar olvidado de las vacaciones.
Voy en silencio, para hallar tus palabras
que vestían los amaneceres.
Voy, aunque mis lágrimas
sean la única forma de lluvia que conozco,
cuando la distancia y tu silencio se clavan en mi corazón.
Enero de 2014.

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. UN POCO DE AUSENCIA CON COMPAÑÍA DEL ÚNICO AMOR DE TU VIDA, HACE POSIBLE QUE HAYA AMANECERES, LLUVIAS, LAGRIMAS ETC... TODO CON AMPLITUD DE PAMPA.

    HERMOSA INSPIRACIÓN, COMO CUAL PINTOR LOGRA EN SU CUADRO EL SONIDO DE UNA LAGRIMA AL CAER.



    a tt. cesar sanca cruz

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