martes, 12 de junio de 2012




La Geografía poética de Luis Pacho



 Por Boris Espezúa Salmón
 

“Geografía de la Distancia de Luis Pacho, nos trae una muestra clara e indiscutible lograda de cómo se viene realizando poesía pluralista y alternativa en los últimos años en Puno y el país. Este trabajo no es solamente una aventura por abordar una experiencia sobre el texto mismo, teniendo en cuenta que la tradición puneña es única y trascendente en ese sentido con Oquendo de Amat por ejemplo, sino que además es el impulso de responsabilidad a lograr una síntesis entre el diseño mismo del texto poético y su contenido literario. Luis Pacho experimenta con mucha fortuna el trabajo del ritmo, que conforme a Octavio Paz, no es simplemente un estrato fónico, es decir una estructura de sonido que debe analizarse en división al significado; el ritmo no sólo es el tono, acento, repetición de los sonidos; no es la separación en sílabas tónicas y átonas; no es la melodía, no es la cadencia. Las palabras poéticas en Pacho son un universo de unión y separación, de flujo y reflujo de palabras que se atraen y repelen en función a la consagración de las imágenes poéticas, por lo que sus poemas poseen un carácter indivisible del lenguaje, cada uno de sus poemas es una totalidad cerrada de integralidad en sí mismo, pero abierta en su expresión de belleza y reflexión.

La poesía de “Geografía de la Distancia” es cosmos y tiempo original, no es algo que está fuera de nosotros, sino que somos nosotros expresándonos. No es medida, es visión del mundo, es descubrimiento, no encubrimiento. La poesía como lo concebía Hegel es la fundamentación ontológica, es inseparable de nuestra condición humana, donde los seres humanos perpetuamente vivimos recreándonos y renovándonos. No se piense que la poesía de Luis Pacho es nueva, en su temática y el uso correcto del oficio y desde su paso por muchas fuentes poéticas, tiene una carga histórica milenaria, sin embargo es una poesía joven que da el ejemplo a sus coetáneos, porque para Luis Pacho, la poesía no es fruto de inspiración, sino de labrador y artesano, y que este su primer libro es un logro rotundo de un esfuerzo, de un desgarro. Una visión reveladora del universo y de uno mismo.

El trabajo poético en el autor, tiene que ver por un lado con la continuidad de la tradición poética puneña, en él está Alejandro Peralta y el influjo de Oquendo de Amat, también podemos notar la influencia más actual entre el coloquialismo anglosajón con poetas que en el país tienen singularidad como Pablo Guevara o Luis Hernández. Por otro lado su poesía, tiene que ver con tres móviles que parecen inseparables: un asedio a la palabra que sólo tiene sentido poético a través de la metáfora; una inocultable nostalgia, que lleva al autor a expresarse con una aguda ternura y un hilo de voz humanísimo y dolorosísimo; finalmente un contexto de orfandad donde las injusticias y las desigualdades que agobian al autor, le permiten tener una visión madura como la espiga del atardecer.

Considero que la mejor presencia de la nueva hornada de poetas del Sur del país, reconocerán el espacio que abre Pacho, y a no dudarlo celebrarán su logro. Aparentemente su obra está exenta de historia y sentido social, sin embargo nada más equívoco, porque mas bien se trata de paradojas de su lenguaje poético, porque en sus versos hay una soterrada convicción social, cuando leemos por ejemplo: “Metido en esta frígida mañana, yo también encuentro mi propio vacío”, “más allá de las llagas, yo encendí la noche de luciérnagas”, “en el fondo de este país bulle un eco olvidado”. Se trata de un poeta que se ha forjado como maestro y ha mordido la tierra y la marginación, y cada poema suyo es una relación mágica con el mundo real y lo que queremos de ella.

La poesía de Luis Pacho es una reafirmación de auténtica poesía, un develamiento y consagración por la palabra, una arquitectura hecha de sueños y del lomo llagado, poesía panteísta que desbroza naturaleza y labra arco iris. El poema “Geografía de la Distancia” que alude el título del libro, es una pieza total de una auscultación connatural que tiene su propio movimiento vivo y mágico, un mural verbal de pinceladas incrustadas de colores, un ofrecimiento de armonía entre el alba y el crepúsculo.

La poesía puneña sale ganando con aportes como de Luis Pacho que combina estética, pasión y singularidad. Poesía que alterna la intensidad de la vida con la fatua existencia. Poesía que se levanta del deseo en acción y no de la derrota. Es un acercamiento a lo sagrado con la rosa espinada de espanto y de asombrosa originalidad.
 

(De ARTEIDEA Nº 09 Revista de Cultura. Lima, junio/setiembre, 2004).

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